Conservas Hoya
La vuelta al mundo en 80 años.
Fue en 1940 cuando nuestros abuelos, Tomás Hoya y Dionisia Palacio, levantaron la primera de las cuatro fábricas que hoy conforman nuestra empresa. Nacimos en Santoña, la capital mundial de la industria conservera, y nos alimentamos con capturas de nuestro privilegiado mar Cantábrico.
Nuestra historia se apuntala sobre cuatro pilares: calidad, responsabilidad, trabajo y servicio. Aunque seguramente nuestra ubicación y este entorno componen un quinto pilar que nos sitúa, junto a los cuatro primeros, a la cabeza del prestigio en la elaboración de conservas.
Desde Santoña, cuna de la anchoa.
Todo empezó tal y como empiezan las grandes historias, de forma inesperada. Nuestro abuelo Tomás, de familia humilde y el mayor de muchos hermanos, estuvo obligado a ganarse la vida desde muy joven.
Comenzó de mozo en una tienda de ultramarinos, fue después cocinero ayudante, el llamado “marmitón”, en los buques de la ruta entre España y Cuba. Ascendió a cocinero jefe por su honestidad y valía, ahorró, se retiró y comenzó otra andadura como hostelero al adquirir el bar del puerto de Santoña.
Fue un trampolín y una escuela, donde comenzaría a relacionarse con la gente del mar y los conserveros, de los que aprendería, heredando el arte de la salazón de la anchoa y la conserva de pescado.
Nuestra abuela Nisia era de familia más acomodada que Tomás, pero con igual dedicación al trabajo y amor por el progreso.
Se le recuerda con mucho cariño y admiración sobre todo por dos de sus principales huellas de vida: por su profesionalidad en la casa de comidas que regentaban sus padres, y por ser la inspiradora piedra angular en la que se apoyó Tomás para hacer valer su innato olfato empresarial.
Familia y empresa, empresa y familia.
Tomás y Nisia tuvieron cuatro hijos y una hija, que se criaron en la planta superior de la fábrica donde se encontraba la casa familiar. Todos mamarían el oficio incluso en los momentos más vulnerables.
Ni la dureza de la posguerra española, ni el incendio de una fábrica, ni las vedas en los caladeros de anchoa del Cantábrico pusieron freno al avance de nuestra empresa familiar gracias a este legado que nos ha llevado, en 80 años, a conquistar los mercados de España y del mundo. Siempre teniendo como máxima incuestionable la calidad en la elaboración de nuestros productos.
Los nietos de Tomás y Nisia continuamos hoy con el patrón marcado de esta gran herencia, ese valeroso espíritu que no se encuentra en las fórmulas ni en los balances: el orgullo del pasado y el compromiso de continuarlo para superarnos día a día en calidad, responsabilidad, trabajo y servicio.
El proceso de elaboración
Conoce lo que hacemos en Conservas Hoya
Elaboramos nuestras conservas de manera artesanal y respetando las artes de pesca tradicionales. Preservamos la tradición de nuestra tierruca en cada lata.
Nuestras instalaciones
Galería
Elaboramos nuestras conservas de manera artesanal y respetando las artes de pesca tradicionales. Preservamos la tradición de nuestra tierruca en cada lata.